El cannabis de uso medicinal es una opción adecuada como adyuvante del tratamiento de diversas enfermedades, algunas de las cuales cuentan con un nivel de evidencia científica concluyente. De todos modos, y así como para cualquier otro medicamento u opción terapéutica, debe ser prescrito por un médico que evalúe su caso de manera individual, y converse con usted sobre la relación riesgo/beneficio que presenta para usted, de forma que únicamente lo utilice si los beneficios son superiores a los riesgos. Por último, debe ser supervisado durante su tratamiento para que pueda encontrar su dosis mínima efectiva.
En el año 2017 se aprobó la ley que regula el uso del cannabis medicinal en el Perú. Los primeros productos legales están disponibles en el mercado desde el año 2020.
En un estudio clínico de seguridad, el estudio COMPASS, donde se siguieron pacientes por 12 meses que utilizaban cannabis medicinal para diferentes patologías, no se observó el desarrollo de CUD (trastorno por uso de cannabis). Generalmente, cuando se habla de prevalencia de adicción a cannabis, son datos que se desprenden del uso recreativo y no del uso medicinal, en contextos muy diferentes, y aún así esta cifra es bastante menor a la adicción al cigarrillo o alcohol. El cannabis medicinal, siendo un tratamiento personalizado que busca encontrar la dosis mínima efectiva para cada paciente, es generalmente un tratamiento seguro y tiene un mejor perfil de seguridad que otros tratamientos comunmente usados para las mismas aflicciones.
No, no es necesario sentir los efectos psicoactivos para obtener un beneficio terapéutico. Generalmente, la gran mayoría de personas, reportan un beneficio con dosis menores a las usadas en el contexto recreativo.
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